miércoles, 11 de mayo de 2016

COLABORACIONES


Las mujeres en México: trabajo y esferas de poder

Gina Zabludovsky-Kuper*

La creciente participación económica de las mujeres fuera del hogar y su incidencia en carreras universitarias han transformado drásticamente la conformación de las sociedades durante las últimas décadas.
En México, su presencia en la fuerza de trabajo se incrementó de 19% en 1970 a 38% en 2013. En la educación superior, el número de estudiantes de sexo femenino pasó de 17% en 1970 a 50% en 2011. Además, ellas tienen una mayor eficiencia terminal, ya que constituyen 55% de los egresados.1

Las mujeres tienen una creciente
presencia en la educación universitaria


Fuente: elaborado por Gina Zabludovsky con información de los anuarios estadísticos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

LA POLÍTICA: CARGOS DE ELECCIÓN Y REPRESENTACIÓN
En la Cámara de Diputados, el número de mujeres pasó de 16% en el periodo 2000-2003, a 37% en el 2012-2015. En el senado, ahora llegan a 33% en comparación con el 17% de los dos periodos anteriores.
Este giro es en parte resultado de las reformas al Código Federal Electoral (2002, 2008 y 2011-2012), que obligan a un porcentaje máximo de candidatos(as) legisladores(as) de un mismo sexo. El aumento seguramente será́ más notorio en los próximos años ya que, a finales de 2013, se elevó a rango constitucional la paridad de género en las candidaturas legislativas.
Proporción de diputadas mujeres respecto al total de
diputados en la cámara baja. Histórico 1955-2015

 Fuente: elaborada por Gina Zabludovsky con base en información obtenida de la página oficial de la Cámara de Diputados, http://www. diputados.gob.mx

En los otros cargos de elección la situación es diferente, no se tiene ninguna gobernadora y en toda la historia del país, únicamente ha habido seis en total. En las presidencias municipales, en 2013, las mujeres apenas llegaban a un 8%,2 uno de los índices más bajos de América Latina.
En el Poder Ejecutivo, las Secretarías de Estado nunca han representado más de 15% e históricamente se han concentrado en Turismo (1994, 2000, 2006, 2012), Desarrollo Social (2000, 2006, 2012), Contraloría General de la Federación (1988, 1994) y Relaciones Exteriores (1994, 2006).
La exclusión de las mujeres es aún más drástica en el sector privado. En México, su participación en los consejos directivos de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores apenas alcanza 7%.

FUNCIONARIAS Y EJECUTIVAS EN EL SECTOR PRIVADO
El análisis de datos, generado por nuestra propia investigación, permitió́ observar que en las grandes corporaciones del país, la presencia de las ejecutivas en los puestos intermedios, sólo llega a 23%;3 sin embargo, en las posiciones más altas equivalentes a las direcciones generales4 de diversas áreas, se reduce a 13% y como presidentas (ceo), sólo llegan a 5%.
Además, las mujeres se concentran en las Direcciones Generales de Relaciones Públicas (48%), Mercadotecnia y Comunicación (29%) y Recursos Humanos (21%).
Su participación disminuye notoriamente en las de Operaciones e investigación (8%), Administración y finanzas (5%) e Informática y sistemas (2%). La ausencia de las directivas de ciertas áreas es significativa, ya que, a menudo, implica un aislamiento de los cargos que confieren responsabilidades funcionales y las mayores oportunidades de ascenso en la carrera.



Fuente: elaborado por Gina Zabludovsky con base en diversos directorios empresariales.

Por otra parte, en las grandes corporativas extranjeras que operan en nuestro país, la presencia de mujeres ejecutivas es mayor que en las que predomina el capital nacional.5

Porcentaje de mujeres en altos puestos directivos por nivel
jerárquico, según origen del capital de las empresas


Fuente: elaborado por Gina Zabludovsky con base en diversos directorios empresariales.
Lo anterior se explica por las políticas de diversidad, promoción del talento femenino y conciliación trabajo-empresa que han puesto en marcha muchas corporaciones extranjeras durante los últimos años.

PROBLEMAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-EMPRESA
El notable incremento femenino en la fuerza laboral y el hecho de que en muchas parejas el ingreso ya no dependa básicamente del hombre, no han transformado significativamente la carga de las responsabilidades familiares, ya que, en nuestro país, las mujeres dedican hasta 42 horas a la semana a las tareas no retribuidas en el hogar. De hecho, muchas de las jóvenes que se dedican al trabajo doméstico, fueron consideradas erróneamente como “ninis” (ni estudian ni trabajan) en encuestas recientes.
Las mujeres se enfrentan a una constante presión para cumplir sus responsabilidades en todos los frentes, esto se agudiza en los cargos de dirección regidos por “horarios masculinos”, donde el buen desempeño se vincula con largas jornadas laborales, sin que esto conlleve necesariamente una mayor productividad o mejor uso del tiempo.
A pesar de que en estos niveles, muchas mujeres no realizan directamente el trabajo doméstico, sino que más bien lo supervisan, ellas cumplen una especie de “doble gerencia” para que todo funcione bien en la casa y en el trabajo.6
No es raro que ante las cargas desiguales y otros factores, como la probabilidad de que ellas ganen más que su pareja, las lleven a la separación. Con base en los datos que generamos para 2013, se encontró́ que, mientras 69% de los directivos varones estaban casados, entre las mujeres el porcentaje disminuía a 50%. La diferencia es aún mayor en aquellas empresas que tienen más de 250 empleados(as), los directivos hombres que están casados alcanzan 78%, mientras que las mujeres con cónyuge sólo llegan a 50 por ciento.

Funcionarios, directivos y jefes* por sexo,
según tipo de empresa en la que laboran. 2013


Fuente: elaborado por Gina Zabludovsky con información de la Escuela Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) trimestre del 2013, INEGI. * Que además ganan más de 5 salarios mínimos mensuales.

Debido a las grandes dificultades que presenta la reconciliación familia-trabajo en estos cargos, muchas mujeres optan por formar y dirigir su propia empresa.

LAS EMPRESARIAS
La participación de las mujeres como propietarias de empresas en México ha crecido significativamente, de 25% en 1991 a 36% en 2013.7 Sin embargo, si sólo tomamos en cuenta a las empleadoras (a aquellas que contratan por lo menos a un trabajador más) el número baja a 19% y su incremento ha sido más paulatino.8



Fuente: elaborado por Gina Zabludovsky con base en la Encuesta Nacional de Empleo (áreas urbanas) 1991, 1997 y 2000; y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2010, INEGI. Todos los derechos reservados.

Las empresas de mujeres están generalmente en el nivel “micro” y de subsistencia. De hecho, varios programas se han enfocado a promoverlas como mecanismo para que ellas y sus familias salgan de la pobreza.
En cuanto al área de actividad, su presencia se concentra en el comercio y los servicios, particularmente en los turísticos y educativos siendo casi nula en las áreas de minería y construcción.


Fuente: elaborado por Gina Zabludovsky con información de la Escuela Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) trimestre de 2013, INEGI.

LA PREVALENCIA DEL ”TECHO DE CRISTAL”
Como se ha visto en este estudio, a medida que se asciende en la pirámide organizacional, la presencia de las mujeres disminuye tanto en los espacios de dirección económica como de la política.
El siguiente cuadro ilustra el “techo de cristal” en México. El notable incremento de las mujeres en la educación superior y la fuerza de trabajo no corresponde a sus números en los cargos de autoridad y de mayor jerarquía.


Elaborado por Gina Zabludovsky con información de las siguientes fuentes:
Para ninis, Fuerza de trabajo (pea) y Empleadoras (2013): cálculos propios con base en la Escuela Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) trimestre de 2013, INEGI.
Para altos cargos ejecutivos y directores generales (2012): Cálculo propio con información de 227 empresas tomadas de CNN Expresión y Conexión Ejecutiva, 2012.
Para Educación Superior (2011): Información de los Anuarios estadísticos de la Asociación Nacional de Universidades de Educación Superior (ANUIES).
Para diputadas y senadoras, y Secretarias de Estado: información tomada de la página oficial de la Cámara de Diputados y Senadores de la República y Presidencia de la República.

De manera que resulta prioritario generar una cultura de inclusión que deje de considerar algunos puestos “femeninos” y otros “masculinos” y promueva acciones de conciliación trabajo-familia, dirigidas tanto para hombres como para mujeres. Entre éstas, una de las más importantes son las licencias de paternidad. En México, ésta se introdujo por primera vez el año pasado con el establecimiento de cinco días laborales obligatorios para los hombres.
Sin embargo, todavía estamos muy rezagados en relación con muchos países. El asunto es importante, ya que este tipo de medidas favorecen la renegociación de las parejas en torno a sus respectivas responsabilidades familiares y laborales, y promueve una mayor equidad social que resulta benéfica para los hombres, las mujeres, los niños(as), las propias empresas y el conjunto de la sociedad.

BIBLIOGRAFÍA
Anuario Estadístico de Educación Superior 2011, [en línea], México, dirección URL: http://www.anuies.mx/ (1 de agosto de 2013).
Directorios empresariales en México, 2012.
INEGI, México 2013, dirección URL: http://www.inegi.org.mx (1 de julio de 2013).
Informe de la Cuarta Visitaduría General de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Programa de asuntos de la mujer y de igualdad entre mujeres y hombres, [en línea] dirección URL: http://www.cndh.org.mx/sites/all/fuentes/documentos/programas/ mujer/6_MonitoreoLegislacion/6.13/E/E. PDF (1 de agosto de 2013).
Revista Expansión, conexión ejecutiva y otros directorios empresariales de México para el año 2012.
Serna, Guadalupe y Montalvo, Elsa (2003), Estudios: mujeres ejecutivas en la Ciudad de México: quiénes son, dónde laboran y cómo responden a sus condiciones de trabajo, México, Instituto de Investigaciones José́ María Luis Mora / Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas.



** Doctora en Sociología. Profesora-investigadora de la UNAM. Su libro más reciente es Mujeres empresarias y ejecutivas en México. Diagnósticos y desafíos, Plaza y Valdés, 2013. La autora agradece el valioso apoyo de Ricardo Sanginés en la interpretación estadística y de Alejandra Zaldívar en la presentación del trabajo.
1 Cálculos realizados a partir de los datos del INEGI en las encuestas nacionales de ocupación y empleo de la ANUIES, “Anuario Estadístico de Educación Superior 2011” [en línea], México, dirección URL: http://www.anuies.mx/, consulta: 1 de agosto de 2013. 
2 Informe de la Cuarta Visitaduría General de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Programa de asuntos de la mujer y de igualdad entre mujeres y hombres, [en línea], Dirección url: http://www.cndh.org.mx/sites/all/fuentes/documentos/programas/mujer/6_ MonitoreoLegislacion/6.13/E/E.pdf. consulta: 1 de agosto de 2013.
3 Cálculos propios con base en 277 de las empresas más grandes de México, según la revista Expansión, conexión ejecutiva y otros directorios empresariales de México para el año 2012.
4 Nos referimos a las direcciones generales de área como la de administración y finanzas de operaciones, de mercadotecnia, comercial, informática y sistemas, recursos humanos, relaciones públicas, médico y jurídico.
5 Sólo siete de las 156 grandes compañías mexicanas que analizamos están presididas por mujeres. Cálculos propios con base en diversos directorios empresariales de 2012.
6 Serna, Guadalupe y Montalvo, Elsa (2003), Estudios: Mujeres ejecutivas en la Ciudad de México: quiénes son, dónde laboran y cómo responden a sus condiciones de trabajo, México, Instituto de Investigaciones José María Luis Mora / Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas.
7 Los datos de empresarias, aquí expuestos, se elaboraron sumando los trabajadores(as) por cuenta propia y empleadores(as). Fuente: INEGI (2013), dirección URL: http://www.inegi.org.mx consulta: 1 de julio de 2013.
8 La información se elaboró hasta 2010 para coincidir con los cohortes de décadas, para 2013, el porcentaje fue 20%.



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