Las mujeres migrantes en la perspectiva de seguridad humana y acceso a la justicia en México: retos en la construcción y consolidación del Programa Especial de Migración 2014-2018
Edilma de Jesús-Desidério*
El Plan nacional de desarrollo 2013-2018 (en
adelante PND) ha incorporado la perspectiva de género como eje de las
Estrategias Transversales; en ese sentido, contempla avances en materia de
acciones especiales orientadas a garantizar los derechos de las mujeres y
evitar que las diferencias de género sean causa de desigualdad, exclusión o discriminación.
Derivado de ello, el Estado mexicano estaría comprometido a hacer tangibles los
compromisos asumidos con la ratificación de la Convención sobre la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en
inglés), así́ como con lo establecido en los artículos 2, 9 y 14 de la Ley de Planeación
referentes a la incorporación de la perspectiva de género en la planeación
nacional.
En materia migratoria, el apartado sobre este tema
indica que la política pública generada por el Estado mexicano debe atender las
particularidades del fenómeno migratorio en sus múltiples dimensiones,
involucrando aspectos como: la diversificación al interior del flujo, los
lugares de origen y destino, los perfiles migratorios, las estrategias de cruce
y de internación, la repatriación, la inseguridad y los derechos humanos.
No obstante, sobre el alcance de estas políticas públicas
que puedan realmente producir un cambio; uno de los cuestionamientos suscitados
es de qué forma se va a garantizar una igualdad de género, que sea distinta
para la población femenina migrante, enfatizando el respeto y protección de los
derechos humanos y sociales de las migrantes. Éste sería uno de los principales
retos para llevar a cabo una política migratoria incluyente e integral.
El Programa Especial de Migración 2014-2018 (en
adelante PEM), que se encuentra en proceso de consolidación para posterior publicación,
ha sido construido como instrumento estratégico y de vanguardia en la materia,
cuyo objetivo principal de sus líneas de acción es generar cambios sistemáticos
y eficaces como política migratoria para el país, tomando en cuenta lo que
plantea el PND.
El PEM contiene un carácter transversal y
multisectorial que articula los distintos programas y acciones de los tres órdenes
de gobierno en materia migratoria. En esa perspectiva, el objeto superior es el
bienestar del migrante, a través del ejercicio efectivo de su identidad, del
disfrute de sus derechos sociales, económicos y culturales que desde luego,
representa otro gran reto.
Las acciones dirigidas a la población femenina
contempladas en el PEM, además de lo estipulado en el PND y en la Ley de Migración,
se derivaron también de los diálogos construidos en los foros nacionales de consulta
pública, desde luego con temas muy acotados, donde fueron destacadas
puntualmente, entre otras pautas, la necesidad de reconocer las habilidades
desarrolladas por las mujeres migrantes que llegan a trabajar en los países de
destino migratorio y que es una fuerza laboral especializada, aunque
desaprovechada como recurso humano para el desarrollo nacional.
Fuente:
autoría propia, archivo fotográfico de trabajo de campo, Frontera Sur, 2008.
En este marco consultivo y de diálogo para la construcción
del PEM, la perspectiva de género es recuperada y adicionalmente se establecen
criterios diferenciados por grupos; en ese contexto, se requiere de acciones específicamente
dirigidas a las mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, indígenas,
personas con discapacidad, etcétera.
Algunos criterios habrán de ser tratados dentro de
temas o estrategias específicas, pero también tocarían transversalmente distintas
líneas de acción, como es el caso del tema de la integración social y de los
derechos fundamentales de los migrantes, la cuestión del retorno y repatriación
de mexicanos y extranjeros, la seguridad de los migrantes y de las personas que
asisten a esa población, entre otras.
Respecto a la consideración de estos criterios y lo
que resultaría en cambio de las condiciones sociales de la población femenina
migrante, podría entenderse como un ejercicio de avance en esta iniciativa política,
dado que el hecho de proporcionar acciones dirigidas o centradas en la persona,
de acuerdo con la circunstancia que esté involucrada, abre una ventana para
traer a la mujer migrante al escenario dejando que sea visibilizada más allá́
del encasillamiento de la vulnerabilidad crónica de sus derechos que sólo
entorpece su desarrollo y vuelve invisible su potencialidad.
“¡Sí se han violado nuestros derechos!”. Seguridad
humana, acceso a la justicia y el derecho a la migración. Mientras se avanza en
el desarrollo de propuestas para establecer mecanismos y protocolos dirigidos a
las necesidades de la población migrante, diferenciándolos por grupos de género,
edad y origen étnico y que regulen el acceso y goce de una vida digna a toda
persona migrante, avanzan en igual movimiento y con mayor velocidad las
necesidades de las mujeres que son proveedoras de sus lugares. Hecho reconocido
dentro de los colectivos de migrantes en tránsito que buscan apoyarlas
solidariamente considerando que estas mujeres tratan de salir de los países por
el nivel de pobreza. Estas mujeres encuentran por el camino un sinnúmero de
violaciones y delitos, viviendo con estas experiencias en carne propia las
limitaciones y barreras en materia de seguridad humana, acceso a la justicia y
el derecho a la migración, como es el caso de las mujeres en situación migratoria
de tránsito irregular, considerando que para muchas de ellas que son jefas de
hogar se trata de una necesidad prioritaria la búsqueda de una vida digna para
sus familias. El no tener la oportunidad de inserción laboral, ser objeto de
violencia doméstica y estar sujeta a formas de discriminación social, son
contenidos que dan suficiencia a la decisión de migrar. Sin embargo, enfrentan
por el camino obstáculos legales que generan en las mujeres migrantes la percepción
de que a ellas no les garantizan sus derechos humanos, por eso el reclamo en
sus declaraciones que dicen: “¡Sí se violan nuestros derechos!”
Fuente:
autoría propia, archivo fotográfico de trabajo de campo, Frontera Sur, 2008.
Las mujeres tratan de salir de los países también,
tal vez, por la pobreza. Hay mujeres que son solas y quieren salir para poder
seguir adelante, y con eso sigue adelante también la familia, porque muchas
mujeres tienen hijos, son madres solas, no hay trabajo y por eso van en busca
de posibilidades para mantener a los hijos y sus estudios. Ahorita muchas
mujeres tratan de emigrar, muchas de ellas corren peligros también, pero ¡Dios
es grande y ve que todos somos seres humanos! Y más que todo, todo ser humano
busca la meta y tiene que hacerlo, sea hombre o sea mujer. (Hombre salvadoreño.
Entrevista realizada el 20 de septiembre de 2008, Tapachula, Chiapas).
Como fue expuesto en los diálogos y en las mesas
sectoriales en materia migratoria, habría que hacer el esfuerzo por
materializar algunas propuestas como:
·
Revisar el marco legislativo
para fortalecer las instancias de atención a la mujer a nivel municipal.
·
Diseñar un plan integral de atención
a mujeres migrantes a nivel regional y/o estatal.
·
Capacitar, en materia laboral,
a esposas, madres, abuelas o compañeras de migrantes para evitar que acepten
empleo riesgoso y mal pagado.
·
Facilitar el acceso a recursos
públicos para el fortalecimiento de las organizaciones de mujeres en
comunidades transnacionales, incluyendo la información y capacitación para el
acceso a programas existentes (Programa 3 x 1 para Migrantes, Fondo de Apoyo a
Migrante, etcétera). • Armonizar el marco normativo migratorio vigente con los
instrumentos internacionales para fortalecer y garantizar el acceso a la
justicia y la protección de las trabajadoras migrantes; homologar, a su vez, la
política migratoria con la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre
de Violencia, con la Ley de Víctimas, y las recomendaciones de los Sistemas de
Naciones Unidas y el Interamericano, en materia de migración y protección de
los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas; a fin de
extender la transversalización a la formulación de programas sectoriales.
Para las mujeres, habría que hacer distinción en
las formas de garantizar protección y acceso a la justicia, dado que ellas
enfrentan riesgos de manera distinta de los hombres, tales como la discriminación,
el acoso, la xenofobia, violaciones durante el abordaje en sus trayectos
migratorios y durante la detención, así́ como los peligros más severos como el
secuestro, la ejecución, la trata, como hechos que han llamado la atención de
las autoridades y la población en general.
Fuente:
autoría propia, archivo fotográfico de trabajo de campo, Frontera Sur, 2008.
“No porque salió́ una mujer del grupo le vamos a
voltear, ¡no, no!, Porque de ahí́ depende la confianza, es ayudarla de verdad,
hacerla sentir que anda en un grupo, que es parte del grupo. Tiene que ser
aceptada como una más del grupo, no un objeto del grupo, ¡¿me entiendes?! Es
tratar de no hacerles daño a ninguna muchacha porque ellas están agarrando
camino por eso me gustaría que fuéramos así́ los ilegales como somos con los
hombres que también fuéramos con ellas, para que puedan ellas cumplir con su sueño
pues es parte de lo que todos queremos” (Hombre hondureño. Entrevista realizada
el 15 de agosto de 2008. Tapachula, Chiapas).
Se necesitaría, en ese sentido y de manera
diferenciada, establecer mecanismos de atención especializados para grupos de
mujeres, niñas y adolescentes vulnerables.
La
cultura de la legalidad, derechos humanos y valoración de la migración con
perspectiva de género, implicará:
· Buscar formas de comunicar y sensibilizar a la sociedad que promuevan el
respeto a las personas migrantes a través de una mayor difusión sobre los
derechos de las mujeres, de las niñas y adolescentes migrantes; además el
esfuerzo debe estar centrado en el desarrollo y difusión de campañas para
prevenir la violencia contra mujeres migrantes, sobre todo en los lugares donde
hay mayor rechazo a la presencia de estos grupos.
Consolidar
una gestión migratoria eficaz, fundamentada en criterios de acceso a la
justicia y a la seguridad humana que sea distinta por grupo de género, integración
y reintegración para las mujeres migrantes y sus familiares, va implicar:
·
Impulsar acciones afirmativas
que garanticen a las mujeres migrantes el acceso a la justicia de manera amplia
e independiente de la obligación de estar acompañada con pareja.
·
Posibilitar el acceso a
recursos de salud, educación de manera integral, reconociendo la diferenciación
para las mujeres migrantes y sus familiares, asegurando la atención médica
inmediata para las mujeres víctimas de violencia sexual, migrantes embarazadas
que estén en proceso de tránsito independiente de su situación migratoria
irregular.
·
Generar oportunidades de
acceso a la inserción laboral, reconociendo sus derechos, capacidades y
habilidades que posibiliten tener un empleo decente, remunerado dentro de un
marco de igualdad y equidad.
Perspectiva
de género diferenciada y política migratoria incluyente: mucho por recorrer,
mucho por hacer
Algunos de los principales retos para alcanzar una política
migratoria con diferencia de género, en la que las mujeres migrantes tengan
acceso a los recursos y las garantías a la seguridad humana y la justicia
social, en México (y en el mundo) estarían en el:
·
Reconocimiento de los derechos
económicos, sociales y culturales, como el derecho a la salud, educación,
seguridad social, entre otros, dado que las mujeres ya traen desde sus países
de origen un rezago en esta materia.
·
Establecimiento de criterios
razonables en la distinción y aceptables ante la sociedad es un punto
primordial, dado que la cultura del rechazo y de la negativa afecta (o sesga)
otras posibilidades de obtener las garantías a la seguridad humana y el goce de
la justicia social.
Fuente:
autoría propia, archivo fotográfico de trabajo de campo, Frontera Sur, 2008.
*
Subdirectora de Investigación del Centro de Estudios Migratorios, Unidad de
Política Migratoria, Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos
Religiosos, Secretaría de Gobernación, México. / edejesus@segob.gob.mx
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